lunes, 27 de mayo de 2013

CUIDAR ES DEJAR CRECER

Muchas veces tratamos de proteger a las personas más cercanas que nos rodean, con quienes compartimos sentimientos afectuosos. Pero algunas veces coartamos sus aspiraciones, poniendo restricciones y muros a su alrededor, todo con el fin de proteger lo que valoramos. Sin embargo, si no tomamos en cuenta su esencia como personas, interferimos en sus vidas de forma coercitiva. Restringir a una persona, a pesar de que lo hagamos por “su bien”, es privarla de las experiencias que la forjarán como individuo.

Siempre podemos dar ejemplos para que entiendan los riesgos que se corren si insisten en seguir determinado camino; eso les hará reflexionar. También se puede instruir correctamente, de forma que entiendan que no se puede dañar el entorno ni perjudicar a los demás con alguna acción, porque los resultados se revierten sobre uno mismo.

Esto es muy difícil de comprender para cualquier persona que desea proteger a aquellos a los que ama pues piensa que debe mostrar el camino que les permita saber hacia dónde se dirigen y qué pueden esperar de esto. Pero para cuidar a nuestros seres más queridos, lo correcto es dejarlos crecer respetando su esencia y su criterio, sin coerción, dando ejemplo de rectitud y compasión.  





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